Efectivamente hay dopaje en el deporte español. El que lo niegue es un bobo. Los periodistas españoles, hasta ahora silenciosos como tumbas respecto al tema, están comenzando a hablar de él. El primero fue Alcalá, de la Cadena Cope. Quizás no sea el periodista más adecuado para hundir a su país deportivamente, pero eso son otros temas.
No se sabe por qué, pero los únicos deportes que se ven afectados por el doping en España son el ciclismo y el atletismo. Una posible teoría es que las instituciones han decidido que, al no ser deportes mayoritarios en España, son los deportes ideales para sacar a la luz a los dopados, y dejar en la sombra al resto de deportes. Sin embargo, eso solo sucedía aquí. En el resto de países, principalmente europeos, se lleva un tiempo intentando poner a España debajo del foco para que todos los que se iluminasen fueran condenados. Sin embargo, España sigue intentando protegerlos.
No cabe duda de que si Madrid, tras dos intentos consecutivos, no ha conseguido la obtención de unos Juegos Olímpicos es por algo, un algo que se nos oculta a los ciudadanos desde arriba. Madrid era la ciudad más preparada para albergar unos Juegos Olímpicos en ambas votaciones, pero había un pero: el dopaje. El COI lo dejó claro. El doping era el mayor pero que tenía Madrid y recomendó cambiar la legislación española al respecto. Esta legislación no solo no castigaba a los tramposos, si no que ponía todas las trabas posibles para que los organismos internacionales no pillaran a sus deportistas.
El ciclismo y el atletismo han sido los deportes más castigados por el dopaje pero, ¿son los únicos deportes en el que se dopan los deportistas? En absoluto. Francia sufrió un escándalo de dopaje tras la consecución del Mundial del 98 por presentar algunos jugadores análisis de sangre sospechosos. Uno de ellos era Zidane quien por aquella época jugaba en la Juventus, equipo que se vio obligado a descender y a perder varios Scudettos por escándalos de apuestas. ¿Sólo por eso? Yo creo que cuando se hicieron públicas las imágenes de los jugadores, con Cannavaro a la cabeza, chutándose en el vestuario algo pasó en Italia. Lo que no cabe duda es que desde entonces el fútbol italiano ha bajado su nivel considerablemente, tanto a nivel de clubes como en la selección.
Lo que quiero decir con esto es que otros países ya han metido la mano al dopaje en el fútbol. No han hecho públicos los escándalos, pero no han permitido que continuaran. En cambio, aquí en España, consentimos que un 2ºB contrate a Eufemiano Fuentes, el médico español más famoso del mundo, y no precisamente por ser buen médico. Somos españoles, siempre nos han gustado las trampas y como tal siempre buscamos el máximo beneficio personal. ¿Cómo no va a haber dopaje en el deporte más importante en España?
Además, el doping en el fútbol conlleva un problema difícil de resolver, y es que es un deporte colectivo. Si a un futbolista se le pilla dopado, ¿qué medidas se deben tomar?, ¿se sanciona al club, al equipo, o solo al jugador? ¿Y si el jugador forma parte del equipo campeón? ¿Se le quitan los títulos al colectivo o solo se penaliza al individuo? Demasiadas preguntas sin respuesta para una legislación que cada vez se tambalea más. Pero, pensadlo bien. No es normal que un joven de 24 años, con ganas de fiesta y mucho, mucho dinero no se meta drogas recreativas. No digo que sea lo normal, pero sí que algún caso debería darse. Y no es por señalar a nadie, pero son conocidos los escándalos de los futbolistas brasileños a nivel de fiestas, en las que ¿nunca había drogas? Entonces, ¿por qué no se detectan futbolistas con positivos por cocaína? Solo se le ha detectado a Maradona, y solo una vez, pero no es normal que no haya más casos.
El Marca dijo hace unos días que en el fútbol español solo se realizaban análisis de orina en los futbolistas. Nada de sangre. Los clubes españoles pueden hacer lo que les de la gana, excepto los que juegan competiciones europeas. En estas, la UEFA tiene a los llamados “vampiros” tras los equipos participantes, pero siempre con previo aviso de los análisis a realizar. Pues bien, el Barcelona ha llegado a anular entrenamientos y a cambiar el lugar donde los iban a realizar cuando estos “vampiros” les avisaban que iban para allá. Cuando estos análisis fueron realizados, meses después de estas dos intentonas falladas por la UEFA, todos los jugadores estaban limpios. La cosa quedó en una sanción económica al Barça por huir de los “vampiros”, pero en nada más. Huele a chamusquina ¿no?
A mi juicio sí, y mucho. Por eso, como amante de este deporte, pido que dejemos de preocuparnos por todo el rollo de las desigualdades económicas de las que tanto se queja Del Nido ya que parece ser que tenemos un pollo montado mucho mayor. El fútbol español no está limpio, la competición no es justa y entre todos tenemos que tirar de la manta. Ya lo dijo ayer Ahmadineyad, presidente de Irán, en la entrevista que concedió a TVE: “En occidente falta transparencia”. Por eso, somos los ciudadanos los que debemos obligar a las instituciones a que tomen medidas para que las competiciones nacionales sean legales. Es una pena que solo cuando la sombra del dopaje se ha cernido sobre España haya sido cuando los éxitos deportivos han llegado. Lo dejo ahí, pero para mí que no estamos ante la edad de oro del deporte español, estamos ante la edad de oro de los españoles listos que saben esconder sus trampas.