Las cartas dicen que el futuro será mejor

A pesar de que mucha gente necesite llamar a pitonisas y pitonisos de la tele para que les cuente lo que les va a ocurrir en el futuro, nosotros, los aficionados al fútbol de la Selección, no lo necesitamos. Para ello, nos ha bastado con ver el Europeo Sub-21 que han jugado nuestros jóvenes. Y solo con eso sabemos que el futuro de la Selección va a continuar con la línea ascendente que lleva trayendo nuestro fútbol nacional a nivel internacional. Estos niños han hecho un Europeo maravilloso, han jugado al fútbol como los mayores y han demostrado a toda Europa que hay España para rato, para muchísimo tiempo. 


Sin embargo, por encima del bloque que ha conseguido alzarse con el título, hay dos jugadores que han destacado por encima del resto. Uno es Thiago Alcántara y, el otro, Javi Martínez. El primero tiene una forma de jugar entre Xavi e Iniesta. Es decir, que si su proyección continúa y acaba siendo tan bueno como parece, será un jugador con lo bueno de los dos mejores centrocampistas españoles de la historia. Debería haber un Thiago por norma en todos los equipos, por el bien del espectáculo, y es que el hispano-brasileño juega y hace jugar. No pierde un balón, siempre se ofrece para recibir y además, de vez en cuando, le sale la vena brasileña y hace una genialidad técnica al nivel de muy pocos. Lo único que se le puede achacar al jugador culé es el riesgo que toma en determinados pases. Muchos de ellos acaban cortados por la defensa rival, que monta el contraataque. Sin embargo, cuando uno de esos pases finales llega a su destino, el delantero solo tiene que rematar la faena. Thiago, de 20 años, tiene una cláusula de rescisión de 10 millones hasta final de mes; a partir de entonces, se convertirá en 30 millones. Cifras para nada descerebradas tratándose de un jugador de su clase. Ahora bien, espero que el Barça acabe fichando al pufo de Cesc Fábregas (y digo pufo porque el genial futbolista, a pesar de ser tan genial, todavía no ha levantado un trofeo con su equipo) y venda a este Thiago, porque si no, el equipo culé seguirá siendo invencible por muchos años más.
El otro pilar, como ya hemos dicho, es Javi Martínez. El navarro es un todoterreno infranqueable que además hace jugar a sus compañeros. Como dijo Maldini en la narración de la final, Javi parecía a lo largo de este torneo un senior contrastado jugando contra infantiles. Y es que el jugador del Athletic se anticipaba a los pases y movimientos rivales para cortar los ataques y montar las contras. Además, aunque no se le ha visto mucho por el ataque, cuando se animaba siempre llevaba peligro. Ha sido y será el sostén de la Selección y junto a Busquets, formará una dupla desesperante para los ataques rivales e imaginativa a la hora de crear el juego de su equipo.

Pero el triunfo de la Rojita no ha sido solo cosa de dos. De Gea ha estado en su línea, parándose hasta un penalti cuando más se le necesitaba. De los dos centrales hay uno que será la futura pareja de Piqué en la absoluta, Botía, y otro, Domínguez, que diciendo que es del Atleti basta para saber que de vez en cuando se le va la cabeza. Dos laterales inmensos, con un recorrido brutal, una presencia ofensiva determinante y una capacidad de recuperación muy necesaria. Tanto Montoya como Didac, y sobre todo este último, serán dos de los mejores laterales del mundo. En el medio, a los dos titanes ya comentados les acompañaba un Ander Herrera cuya tarea no es nada fácil. Las bandas eran para Muniain, un joven de 18 años que jamás besará el suelo gracias a su tren inferior, con un dribbling espectacular y una capacidad asociativa tremenda y para un Mata que aunque tampoco ha brillado, ha aportado la templanza y experiencia que sus compañeros aún no tenían. 
Hasta aquí, todo perfecto, con muchos futuros jugadores de grandes equipos que defenderán nuestra camiseta por todo el mundo. Pero me queda uno: el delantero centro Adrián. Nombrado mejor jugador por la UEFA (organismo que, con cosas como esta, demuestra una vez más su incompetencia) ha sido el peor de todos. Este tipo de equipos no necesita una referencia en ataque ya que son muchos los jugadores que llegan desde atrás. Adrián se ha hinchado a marcar goles, cosa sencilla en un conjunto con unos pasadores como los que tenía por detrás, pero ha fallado muchos más. El joven del Depor recuerda mucho a Fernando Torres. Incapaz de controlar un balón decentemente en estático solo crea peligro cuando corre. No es un jugador que resuelva partidos con su uno para uno ni con su definición y por ello es el único que me sobraba de la Rojita. Aún así, su recambio Bojan tampoco era mucho mejor. 

Hago un inciso para comentar que el Athletic del año que viene, o quizás de dos, va a ser de los mejores de su historia. No se sabe aún quién les entrenará, pero quien lo haga solo debe darles el balón a Ander, Javi o Muniain para que el equipo carbure. Estos tres, acompañados por Llorente formarán un equipo temido en Europa, y si no al tiempo.
De esta forma, españoles acostumbrados a ganar trofeos en los últimos años, no debéis preocuparos y es que el recambio de los Xavi, Iniesta o Casillas está bien cubierto por unos jóvenes que van a jugar al fútbol tan bien o quizás mejor que los mayores que les preceden.

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